Tabú

La palabra tabú procede de Lenguas polinesias (tapu) y del idioma hawaiano (kapu); se introdujo a los idiomas occidentales mediante el libro "A Voyage to the Pacific Ocean" que se refiere al tercer y último viaje del explorador británico James Cook.

[1]​ En las sociedades primitivas los comportamientos capaces de causar una reacción tribal eran aquellos que ofendían el tabú mágico, esto es, las prohibiciones vigentes en la tribu, derivadas de supersticiones, hechicerías y costumbres ancestrales, cuyos veladores eran los magos o sacerdotes.

Las aceptaba sin exigir que la relación de causa a efecto tuviera un contenido lógico, ni tampoco una base ética y moral.

La tradición y la costumbre le habían enseñado que si hacía esto o aquello (ya que los tabúes tenían vigencia en relación a acciones, no omisiones), sufriría tales y cuales castigos.

Los pueblos que forman el "mundo civilizado actual" hicieron una selección inteligente dentro del dominio de los tabúes.

Sin embargo, las parturientas tenían siempre prohibido el acceso al templo durante cuarenta días; aquellos cuyo familiar había fallecido, entre veinte y cuarenta días; incluso el haber mantenido relaciones sexuales dejaba al hombre o a la mujer impuros durante un corto periodo de tiempo.

Así pues, lo consagrado por la divinidad era inviolable: incluso el sitio donde caía un rayo, señalado de este modo por el dios, era cercado y cerrado al tránsito.

Este tipo de tabúes respecto a la muerte o los difuntos eran habituales en toda Grecia en lo referente al culto religioso y sus oficiantes.