Asimismo menciona que conocía al obispo Zeno de Majuma.
Nació alrededor del año 400 en Betelia, un pequeño pueblo situado cerca de Gaza, en una familia cristiana rica.
Más tarde recibió formación como abogado: estudió Derecho en Beritus (Beirut).
Ejerció la carrera en Constantinopla, posiblemente en la corte de Teodosio II y en el año 443 comenzó a escribir su Historia eclesiástica.
Por ejemplo, Sócrates, en I.10, relata una anécdota que él había oído y afirma que ni Eusebio ni cualquier otro autor la habían divulgado, y esa historia se encuentra en Sozomeno, I.22.
Sozomeno utilizó el trabajo de Sócrates como guía respecto a las fuentes y al orden.
Acudió a las fuentes de este e incluyó más datos.
Completa las declaraciones de Sócrates con Apologia contra Arianos y copia Adv.
Toma los expedientes eclesiásticos principalmente del obispo Sabino de Heraclea (f. hacia 388), al cual se refiere continuamente.
Asimismo utilizó la tradición oral, agregando algo de valor diferente a su trabajo.
En primer lugar le presta más atención que cualquiera de los mayores historiadores a la actividad misionera de los cristianos, y le estamos en deuda por la información sobre la introducción del cristianismo entre los armenios, sarracenos, godos y otros pueblos.
La exposición histórica es totalmente impersonal; Sozomeno asume (III.xv) que la tarea del historiador es reunir hechos sin añadir nada a ellos, por lo que se complace en pocas críticas y generalmente adopta el punto de vista de sus fuentes.
Esto lo hace hasta tal punto que ha sido acusado de arrianismo y novacianismo.
A menudo ofrece material adicional, pero rara vez mejora la base.
Con frecuencia era difícil para él saber la verdad, porque entre la masa de diferentes pruebas a las que tuvo que hacer frente, no solían ser suficientes, pero en todo caso, tenía por objeto expresar la verdad y hacer su trabajo en defensa o explicación de las ideas cristianas.