Sonata para piano n.º 21 (Beethoven)

Desde hacía unos dos años el compositor sabía que estaba perdiendo audición, pero aún estaba lejos de la sordera total.53, pero se especula si esta fue la base utilizada para la primera edición, debido a las numerosas diferencias entre las dos fuentes.Esta oferta no llegó a materializarse y se desconocen los motivos que provocaron el cambio de editorial.Todo ello obliga incluso a los intérpretes avanzados a tocar una versión simplificada, ya que es más exigente tocar el pasaje en el mecanismo más pesado de un piano moderno que en un instrumento de principios del siglo XIX.Reiterado, partiendo de un registro ligeramente más grave, el tema parece menos enérgico, pero el efecto es ilusorio.Este segundo sujeto, en mi mayor, introduce un momento de calma, aunque ésta se disipa rápidamente, dirigiéndose hacia un final brillante y triunfal con la intensidad rítmica subyacente del tema principal.El desarrollo empieza con un matiz más oscuro del tema principal, que luego toma una nueva dirección.Hay otros muchos toques hábiles en esta pieza, incluida la brillante coda basada en el tema principal.[3]​ Su cierre queda abierto ya que se debe iniciar el rondo de forma repentina tal como indica el término "attacca".Ferdinand Ries, amigo y biógrafo del compositor, comentó que el segundo movimiento original para este opus era mucho más extenso.Se toca pianissimo con las manos cruzadas y tiene un carácter pastoral en sus instantes iniciales más tranquilos.El segundo tema, una serie de acordes quebrados en tresillos, es rápidamente interrumpida por una sección turbulenta en la menor que anuncia el episodio central.Se retoma el tema inicial en acordes, imponiendo un alegre y triunfal sentido del orden.
Beethoven en 1804.
Portada de la primera edición del Op. 53.
Conde von Waldstein, dedicatario de la obra.