[1] En 1968, se entregó a la policía y fue encarcelada por el asesinato del Conde Cesare D’Acquarone, el esposo de su hija Claire.[1][4][5][6][7] Más tarde trabajó como miembro del World Human Rights Committee, en Nueva York.En 1991, recibió una medalla de parte del gobierno mexicano por su trabajo con personas mayores.[4] Su primera exhibición fue en la Galería Plástica y “Lys Gallery”, en Nueva York, un año después de haber empezado a pintar.A partir de su primera exposición, se presentó en México, Estados Unidos, Europa y África.El primero lo realizó estando en la prisión de Acapulco Mural a tres manos, 1969, Sofía Bassi “La Calumnia”, en colaboración con Alberto Gironella “El Suplicio”, José Luis Cuevas “La Justicia”, Rafael Coronel “La Jaula” y Francisco Corzas “Un pintor protegiendo a su modelo”, la prisión se convirtió en una secundaria, y el mural se restauró y se trasladó al Palacio Municipal de Acapulco, para su preservación.[1] Además de su esfuerzo, colaboró con artistas como Asger Jorn, Alberto Gironella y Hadelin Dieriex.En 1966 publicó una novela titulada El color del aire, seguida de El hombre leyenda; Prohibido pronunciar su nombre, en 1978, y Alfolí, un libro de historias cortas escritas con la poeta Bertha Rosalía González Aragón.[5][3] Jean Michel Cropsal, en 1972, calificó su trabajo como una “impresión mágica”, pero es más común clasificarlo por su estilo surrealista.[4] Bassi describió el arte como un elixir que ella quería beber hasta el final de su carrera, para no morir.