Para lograr la redundancia y fiabilidad necesaria, el sistema suele constar de varios subsistemas.
Los sistemas hidráulicos son todavía hoy el medio más efectivo para transmitir potencia a los mandos primarios y secundarios de vuelo, trenes de aterrizaje, frenos, puertas y rampas.
Los sistemas hidráulicos satisfacen todos estos requerimientos y además poseen atractivos adicionales.
Muchos ingenieros consideran que estas características hacen a los sistemas hidráulicos más robustos y atractivos que los correspondientes sistemas eléctricos, aunque esto es hoy en día tema de debate.
En los aviones antiguos, más pequeños, el piloto podía operar los controles de vuelo con la mano.
Las funciones básicas de los sistemas hidráulicos en los aviones consisten por lo tanto en el suministro, la aplicación y el control de la potencia mecánica en aquellos puntos o equipos en que es necesaria y en el momento adecuado.
La fuerza, por su parte, es igual a la presión hidráulica multiplicada por la superficie sobre la que actúa.
midiéndose W en vatios, la presión en Pascal, y el caudal en metros cúbicos de líquido por segundo.
En este caso la fórmula anterior se transforma y escribe así:
El matemático y filósofo francés Blaise Pascal estableció este Principio: ¨La presión ejercida en un punto sobre un líquido en equilibrio se transmite íntegramente en todas las direcciones¨.
Para asegurar un funcionamiento adecuado del sistema y para evitar daños a componentes no metálicos de la instalación hidráulica, se debe emplear el fluido apropiado.
Utilizado en la carga de amortiguadores, frenos y sistemas hidráulicos completos.
Se deben emplear retenes y mangueras sintéticas con estos tipos de líquidos.
La bomba aumenta la presión hidráulica hasta el valor nominal que precisa el sistema.
La energía necesaria para impulsar las bombas se obtiene por: En los grandes aviones existen hasta tres sistemas hidráulicos independientes, cuyas bombas se accionan mediante combinación de los medios citados con anterioridad.
Está compuesto por dos cámaras divididas por un diafragma de material flexible sintético (membrana).
El gas es nitrógeno, que es poco activo desde el punto de vista químico.
Las principales funciones de los acumuladores son:[6] El depósito hidráulico es el recipiente que contiene el líquido.
El depósito no solo abastece las necesidades de funcionamiento del sistema, sino que también repone el líquido perdido por fugas.
En general, los depósitos no presurizados utilizan un medidor visual para indicar la cantidad de fluido.
Estrictamente hablando, estos depósitos están ligeramente presurizados debido a la expansión térmica del fluido y el retorno de fluido al depósito desde el sistema principal.
Tienen la misión de dirigir el líquido hidráulico a la parte adecuada del sistema.
Se pueden clasificar en dos grandes grupos: Es la combinación de los restrictores con las válvulas antirretorno.
En todos estos casos la válvula reductora reduce la presión, aguas abajo del punto donde está instalada, y la ajusta al valor previsto para los mecanismos enganchados a esa línea.
Los fusibles hidráulicos funcionan igual que los eléctricos, es decir, cortan el paso del fluido cuando detectan un caudal excesivo en la tubería.
De esta forma impiden que todo el fluido escape al exterior.
Es usado para transmitir un movimiento lineal a otros objetos movibles o mecanismos.
Consiste básicamente en un carcasa cilíndrica, uno o más pistones y sus bielas, además de algunos elementos sellantes.
Este tipo de contaminación puede producir tres efectos en el sistema: impedir su funcionamiento, degradar la actuación y acelerar el desgaste.
Al realizar este proceso se deben utilizar ropa y gafas de protección para evitar que el líquido entre en contacto con el ojo.