Siempre hay una primera vez

Isabel es una bella chica veinteañera de clase alta que mantiene su virginidad ante Sergio, su prometido, pero que consigue eludir hábilmente a la constante pregunta de sus amigos de que si es virgen o no hasta el día en que, cuando los frívolos y aristocratizantes padres de la joven ofrecen una fiesta en honor a la pareja, Isabel termina por aburrirse de la misma e, inadvertidamente, abandona el sarao en su auto para irse a la Zona Rosa y allí termina por tomar un taxi conducido por un tal Eduardo, quien la lleva a diversos cabarets de baja categoría que él frecuenta hasta que, ya completamente pasados de copas, él le pregunta a Isabel dónde quiere ir y la joven dice que a dónde él quiera, pero esta decisión terminará por costarle muy caro a Isabel ya que Eduardo se la lleva a un motel para luego violarla.

Más tarde vemos a Sergio e Isabel, ya recién casados, en el aeropuerto abordando un avión que los llevará de luna de miel a París y, mientras ambos despiden a los padres de la joven, Sergio le pregunta a Isabel si es feliz y observamos que ella le contesta que sí... pero su rostro refleja más una mueca que una sonrisa, terminando así la película.

Originalmente esta cinta sería titulada como “La primera vez o Primer Acto”.

La cantante y actriz cubana residenciada en México Raquel Olmedo hace un cameo en esta película.

La encíclica Humanae Vitae (que menciona un sacerdote en una escena del episodio Gloria, en donde ella está presente con su familia y, luego, en otra similar pero sin la protagonista), se refiere a la encíclica del mismo nombre escrita por el papa Pablo VI y publicada el 25 de julio de 1968, la cual detalla la postura oficial de la Iglesia católica hacia el aborto, los métodos anticonceptivos y otras medidas relacionadas con la vida sexual humana.