[13] Y cabe la posibilidad, como apuntó Sánchez Ameijeiras, de que el sepulcro hubiera sido labrado por entalladores, ya que estos profesionales se dedicaban tanto a la escultura como a la pintura en esa época.
[3] Al lado del sepulcro donde yace el infante, se encuentra el sepulcro que cobija los restos de su segunda esposa, y en la misma capilla se encuentra actualmente un tercer sepulcro, realizado en el siglo XIV, en el que se encuentra sepultado un caballero de la Orden de Santiago.
[20][11] Sobre la tapa del sepulcro se halla la estatua yacente que representa a la difunta, que aparece vistiendo una larga túnica y llevando un pimiento en su mano izquierda, según algunos autores,[20][11][37] o un corazón según otros,[38] por lo que en opinión de algunos eruditos parece ofrecer su corazón al difunto infante, en una «póstuma declaración de amor», en palabras de Rocío Sánchez Ameijeiras.
[41] En los laterales del arca sepulcral, varios relieves muestran el sepelio de la difunta, tal y cómo se realizaba en aquella época y, al igual que el sepulcro del infante Felipe, descansa sobre águilas y leones que actúan a modo de pedestales.
[33] Ricardo del Arco y Garay, por su parte, proporcionó la siguiente descripción del arca sepulcral, aunque erró al identificar a la difunta con la tercera esposa del infante, Leonor Rodríguez de Castro:[42] María Francisca Solano Pereda-Vivanco, por su parte, afirmó en 1932 que: «este sepulcro es mucho más delicado...hay mayor finura incluso en la ejecución, mejor manera de entender la perspectiva, más naturalidad en la disposición de las figuras y de los paños y mayor perfección en la manera de entender la escena central».