En el hemisferio norte, se corresponde con el punto del horizonte cuya perpendicular pasa por la estrella polar.
[2] Los sistemas de orientación y localización mediante GPS han dejado obsoletos los métodos anteriores.
Existen dos casos, según el hemisferio donde se encuentre el observador: Este método nocturno era el más empleado por los marineros que trazaban rutas en los siglos XVI y XVII, ya que con un instrumento adecuado, astrolabio o un goniómetro, era posible determinar además la latitud del lugar.
Se sitúa, de manera muy aproximada, frente a un observador que con su brazo derecho señale al punto por donde sale el Sol (orto heliaco).
[3] (Nota: el hemisferio sur carece de un análogo visible prominente a la estrella polar del norte).
Por el contrario, las culturas china e islámica consideraban que el sur era el extremo "superior" adecuado para los mapas[8].
En las culturas de la Polinesia, donde la navegación desempeñaba un papel importante, los vientos -prevalentes locales o ancestrales- pueden definir los puntos cardinales.
[4] En la cultura occidental: Aunque la elección del norte sobre el sur como dirección principal refleja factores históricos bastante arbitrarios, el este y el oeste no son alternativas tan naturales como podría parecer a primera vista.