Corona el monte Cardener, cuna histórica de la ciudad, desde donde se contempla un magnífico panorama sobre el río, ocupando el espacio de construcciones religiosas y civiles más antiguas.
El 999, las tropas musulmanas de Al-Mansur la devastaron, lo mismo que hicieron con toda la ciudad.
En 1328 se pone la primera piedra, empezando a trabajar por la parte del ábside con siete capillas radiales y los dos portales.
En una segunda fase constructiva (entre 1353 y 1425), se levantaron los tres tramos de la nave con sus capillas laterales.
El maestro Martí d'Ibar construyó los dos tramos que faltaban y el definitivo muro de poniente, con el gran rosetón.
El claustro actual es obra barroca, de principios del siglo XVIII.