El Retablo del Espíritu Santo es una obra del pintor gótico catalán Pere Serra ubicada en la Colegiata Basílica de Santa María (Manresa) en la provincia de Barcelona y realizada hacia 1394.Se trata de una narración en torno a la figura del Espíritu Santo y su intercesión en los principales pasajes bíblicos.Posteriormente, en compañía de sus hermanos, Francisco, Santiago y Juan, también pintores, formó parte del taller pictórico familiar.[1] La obra presenta todos los rasgos propios del estilo del trecento italiano: una equilibrada mezcla de realismo y fantasía, de misterio combinado con expresiones cotidianas y asequibles, la yuxtaposición de las figuras en el paisaje, el color y el ritmo narrativo, todo ello forma una atmósfera poética.[5] Al comenzar la guerra civil española en 1936 fue desmontado para protegerlo, y en 1939, antes de finalizar la contienda, fue trasladado a Ginebra.[6] La restauración fue realizada por Ramon Gudiol, Andreu Asturiol, Agustí Trenado, Nicasio Arraiza y Braulio Arquero.Como es habitual en otros retablos del gótico catalán, las tablas de la calle central son más grandes, contienen el tema principal y están encabezadas por un Calvario o Crucifixión como coronamiento central.El autor recogió toda la solemnidad del momento en la composición que gira en torno a la Virgen.La paloma sale de un cielo estrellado que se rasga para dejar paso a la figura sagrada.(Ver n.º 1 del esquema) La primera escena, ubicada en la parte alta de la calle izquierda, representa La Creación, donde Dios Padre es el arquitecto que está dibujando el globo terráqueo con un gran compás de puntas.[11] La figura es la de un hombre joven con una túnica azul y un manto rojo forrado en verde, y plegado con un naturalismo que difiere del estilo italo-gótico heredado por el autor de Ramon Destorrents.Génesis 1:8, hay seis ángeles que, unos en actitud orante y otros expectantes, observan el evento.(Ver n.º 2 del esquema) A su derecha, la escena de la Creación del hombre descrita en el Génesis 1:25-26, presenta al personaje de Adán arrodillado hablando con Dios Padre que lo agarra por el brazo, está de espaldas mostrando un desnudo poco usual en el época, con unas proporciones anatómicas poco exitosas, si bien destaca la expresividad del rostro.[11] (Ver n.º 3 del esquema) En el piso inferior, la tercera imagen es La Anunciación, plasmada siguiendo las pautas italogòticas, con la Virgen sentada sobre un arca a los pies de la cama y con un libro en las manos mientras recibe el mensaje del arcángel Gabriel.La escena está enmarcada bajo unas estructuras arquitectónicas que forman un porche sin columnas con ventanas lobuladas en la pared del fondo.El autor presenta la Virgen arrodillada adorando al niño, una forma que se empezó a aplicar a finales del siglo XIV, ya que anteriormente la Virgen era representada acostada en una cama.La Virgen arrodillada y San José ofreciendo dos palomas en las manos, tal como marcaba la tradición, completan el grupo central.Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia».Su figura se transparenta en el verde del agua que muestra unos tonos degradados muy bien realizados.A la izquierda de la escena, dos ángeles con las alas verdes y rojas sostienen las ropas del Mesías.(Mt 17:3) Moisés lleva cuernos, tal como se le representó hasta el Renacimiento debido a un error de traducción del versículo Éxodo 34-29 de la Biblia Vulgata;[16] Elías lleva hábito carmelita ya que esta orden le considera su fundador espiritual.En cuanto a las tonalidades de colores, el autor forma dos ambientes al situar los tonos cálidos en la parte baja de la imagen, la terrenal, y los azules y más suaves en la parte celestial.Serra presenta una composición clásica con poca simbología, con la Virgen y san Pedro en primer plano, al frente de la comunidad cristiana.San Pedro se levantó y dio un discurso explicando la misión que tendrían.De izquierda a derecha están (A B C D del esquema): Para decorar los montantes entre calles hay 36 pequeñas imágenes de santos y profetas, muchos no identificados, ya que sus atributos no son determinantes y las filacterias que llevan han perdido los textos que podrían ayudar a su identificación.La escena se enmarca dentro de una sinagoga con arquerías, artesonados y lámparas que evocan un ambiente oriental.[19] El autor utiliza este episodio bíblico para representar un momento en que en Cataluña había una fuerte tensión entre los cristianos y la comunidad judía, a la que se acabaría expulsando definitivamente a finales del siglo XV.[20] (Ver n.º 10 del esquema) La pieza central con el Lamento sobre Cristo muerto fue pintada por Lluís Borrassà en 1411 para un retablo dedicado a San Antonio Abad , una obra encargada el 24 de enero de 1408 al carpintero Pere de Puig respecto a la estructura y del que sólo se conserva esta pieza.[19] En esta obra de Borrassà se han inspirado algunos artistas, como Jaume Huguet con su Lamento sobre Cristo muerto, una predela para el retablo de Vallmoll, actualmente en el museo del Louvre.San Martín es conocido por la hagiografía, como un santo caritativo que dio su capa a un pobre antes de celebrar la misa.