Tiene su origen en la panadería española, donde sin embargo parece no tener más tradición, y en época colonial se extendió por el continente americano junto con la introducción del trigo.
En Guatemala, Honduras y Nicaragua, las semitas también son dulces, similares a una concha mexicana en miniatura.
También se ha reportado su producción histórica en Bolivia, Colombia, Ecuador, España y Perú.
[6] Por ello tampoco es raro que se le refieran simplemente como «cema», a pesar de no ser un diminutivo.
La acemita está documentada, según Corominas, desde el siglo XV, en la Biblia medieval romanceada.
A éste se le agrega una pequeña proporción de harina común para que pueda panificarse bien.
En el occidente de Argentina (San Juan, Catamarca, La Rioja y Mendoza), la llamada «semita con chicharrón», también conocida como chipaco o simplemente semita, es una preparación que contiene harina, agua, sal, grasa de pella y por supuesto, chicharrones.
El Salvador algunas nuevas versiones han cambiado la mezcla de pan tradicional por hojaldre.
Es un pan redondo de tamaño medio, un poco aplastado, cuya corteza es crujiente y se decora con ajonjolí.
[10] Otros ingredientes comunes son cebolla, quesillo, jitomate, frijoles, chiles jalapeños o rajas.