Hasta mediados del siglo XIX la selva cubría la totalidad de la actual provincia.
La deforestación tuvo varios momentos diferentes, desde las misiones jesuíticas que buscaron instalar prácticas agrícolas y fomentaron el cultivo de la yerba mate, hasta los ideales de civilización y progreso de finales del siglo XIX que veían a la selva como un lugar inhóspito que debía ser conquistado rápidamente para su explotación económica.
[9] Se destaca por altos registros pluviométricos que son resultado de los vientos húmedos provenientes del Océano Atlántico.
La humedad media relativa varía del 75% al 100% con importantes rocíos nocturnos.
De las zonas altas también es típico el acayú o cedro paranaense ( Cedrela odorata) y el ygary ( Cedrela fissilis) también llamado cedro misionero; en pisos intermedios prosperan otros árboles gigantes: los gigantes perobás o palos rosas (Dalbergia nigra), o el arary, pero todos los árboles citados han sido las primeras presas de los aserraderos precisamente por la gran cantidad y calidad de sus maderas.
La selva misionense puede ser llamada propiamente selva en las partes más bajas de los valles al aumentar la variedad de especies entre las que se cuentan principalmente las especies guatambú amarillo y guatambú blanco, el peteribí, el isipo, el ibope, el jacarandá, el biraró, el ñandubay, el samuhú, el guabiyú, el guayuvirá, el tatané, el pacará o timbó, cecropias como el guapoy y el ambay, yuquerís, pitangas, los helechos arborescentes, el criptogámico "higuerón" o ibapoy (Ficus luschnathiana) y diversas palmeras (como la del palmito).
Su nombre se extiende a sus estancias, con sus puestos postas, que hicieron posible las primeras producciones ganaderas y el desarrollo de su comercio de carne, yerba mate, cuero y en lana.
El escritor uruguayo Horacio Quiroga vivió durante varios períodos de su adultez en la selva misionera.
[19] El periodista argentino Rodolfo Walsh viajó en 1966 hacia Misiones, donde escribió una serie de crónicas para las revistas Panorama y Adán.
Desde el punto de vista fitogeográfico pertenece a la ecorregión selva paranaense.
[24] Fue creado en 1991 a través de la ley provincial n.º 2876, en la cual se establecía la superficie y límites del área protegida.
Posteriormente se anexaron algunos terrenos colindantes y en la actualidad la superficie del parque alcanza a 522 ha.
Fue creada sobre una superficie de unas 3243 ha, aproximadamente en torno a la posición mediante el decreto provincial 894 del año 2002.
Fue creada sobre una superficie de unas 221 155 ha, —o 235 959 ha según algunas fuentes[36]— aproximadamente en torno a la posición .
Desde el punto de vista fitogeográfico la región corresponde a la selva paranaense.