La conquista y repoblación de la marca superior aragonesa fue posible gracias a una fuerte inmigración europea.Entre dicha inmigración figuraba mucho clero extranjero que ocupaba los altos cargos eclesiásticos y obtenía la preferencia del rey, lo que pronto despertó el recelo del clero indígena y parte del seniorado aragonés, creándose dos bandos antagonistas.Con el nuevo rey Alfonso I de Aragón (1104-1134) el partido indigenista y el obispo Esteban obtenían el favor del rey perdido en tiempos del obispo infante García de Jaca, victoria que se tradujo en una acción conjunta del rey, el obispo Esteban y los nobles barbastrenses que, de común acuerdo, expulsaron violentamente de Barbastro al obispo Ramón Guillermo (1104-1126), conocido como San Ramón de Roda, reduciéndolo a la sola sede de Roda e incorporando a Huesca las tierras entre el Alcanadre y el Cinca.Su territorio inicial coincidía con el del condado de Pallars y Ribagorza, que comprendía la parte no sumisa a los moros de las comarcas de la Alta Ribagorza, Baja Ribagorza, Pallars Jussá y Pallars Sobirá, y se llegó a extender hasta el Sobrarbe.Ahora bien, las constantes disputas a lo largo de los años fueron recortando su (en principio) extensa región.