Santos Moro Briz

También desempeñó varios cargos en la curia y ejerció una amplia labor sacerdotal en la catedral como canónigo.

[3]​ Cuando comenzó la guerra civil española (1936), Santos Moro se encontraba en Salamanca practicando los ejercicios espirituales.

Enseguida llegó a Ávila, donde permaneció hasta el fin del conflicto, ausentándose solo para las visitas pastorales.

[5]​ En noviembre de 1936, el obispo mandó una circular a sus sacerdotes donde les conminaba a que, si aparecía en el campo el cadáver de una persona republicana y no constaba oficialmente su condena a muerte por las autoridades, debía constar simplemente que "apareció su cadáver en el campo... y recibió sepultura eclesiástica"; en ese documento se recomendaba encubrir el crimen: «guárdense mucho los señores párrocos de sugerencia alguna que revele al autor o la causa de esa muerte trágica».

La primera fue la construcción de la nueva sede del Seminario Mayor poniendo como rector a Baldomero Jiménez Duque.