Santiago Masarnau Fernández

Sus repetidas estancias en París y Londres le dieron la oportunidad de conocer el repertorio de las principales escuelas europeas y después introducir en España la línea más intimista del piano romántico.

Esta separación de sus cargos, tanto del padre como del hijo, no les condujo al exilio, como erróneamente defendieron Esperanza y Sola o John Dowling, entre otros, quienes justificaban el primer viaje al extranjero de Santiago por el exilio que tuvo que padecer toda la familia tras la represión a los liberales de 1823.

Lo desmienten Pedro de Madrazo[2]​ y José María Quadrado, la fuente más autorizada sobre este punto, que dice tajantemente:

Masarnau decidió viajar al extranjero para ampliar sus estudios y labrarse un porvenir de éxito.

Masarnau adquirió un piano de la casa Broadwood, en el que practicaba entre seis y ocho horas diarias.

En 1829, al quedarse solo su padre, se vio obligado a regresar a Madrid, pero no pudo aclimatarse al poco movimiento cultural de la ciudad y abandonó casi toda su actividad.

Durante ese año perfeccionó sus estudios, impartió clases y frecuentó la vida social.

Esta vez sí que llegó a integrarse en la vida social madrileña y participar en las actividades culturales (fue el único músico socio fundador del Ateneo de Madrid).

Nuevamente, la mala situación política del país truncó sus esperanzas profesionales y le hizo decidirse por un tercer viaje al extranjero que resultó ser el más largo, seis años.

Empezó a preparar una ópera, Francesca da Rimini, pero, al enterarse de que Donizetti acababa de estrenar una ópera con el mismo nombre sin mucho éxito, decidió dejar el proyecto.

A medida que pasaba el tiempo, se consolidaba su situación en París, aumentando sus lecciones y publicaciones.

Según indica Quadrado, Felix Mendelssohn estrenó en Berlín con gran éxito La melancolía (the Spleen), Notturno patético Op.

La mayoría eran críticas de óperas, aunque también hizo por dar una visión de lo que estaba pasando en Europa, especialmente en París y Londres, instruyendo al público y fomentando el desarrollo musical español.

Y en El Artista demostró estar al día de todas las novedades musicales.

No obstante, sus colaboraciones posteriores en periódicos y revistas continuaron, aunque de manera esporádica.

Masarnau se estableció definitivamente en España en 1843, reinando ya Isabel II, la hija de Fernando VII.

Los inicios de esa obra en España fueron dificultosos por la desconfianza ante una organización extranjera y su carácter aparentemente secular.

Durante esta época conoció las escuelas pianísticas de la época y se relacionó con gente como Alkan, F. Chopin, G. Meyerbeer, V. Bellini, Bériot, Moscheles, Henselt o Rossini, quienes en parte marcaron las pautas sobre las que luego abrió su propia línea estilística y también los principios pedagógicos que luego plasmó en sus clases y métodos.

Santiago de Masarnau, por Federico de Madrazo (1836)
Charles-Valentin Alkan , amigo intimo de Masarnau.
Federico de Madrazo y Kuntz : Retratos de Santiago y Vicente Masarnau, dibujo a lápiz grafito sobre papel agarbanzado. Biblioteca Nacional de España .