Santiago 4

El autor se identifica como "Santiago, un sirviente de Dios y del Señor Jesucristo".La epístola ha sido tradicionalmente atribuida a Santiago el Justo, escrita en Jerusalén entre 48 d. C. y 61 d. C..Ante el inminente juicio divino —otro de los temas frecuentes en la carta— nadie puede presentarse seguro.Las duras advertencias del Apóstol recuerdan las de Jesús, camino del Calvario, a las mujeres de Jerusalén: «Si en el leño verde hacen esto, ¿qué se hará en el seco?»Lucas 23.31 En suma, es indudable que haber padecido por Cristo en esta vida ayuda a afrontar el juicio con mayor confianz[20]​.El Apóstol Pablo frecuentemente lo utilizó, como en los Actos 18:21; 1 Corintios 4:19; Romanos 1:10 o Hebreos 6:3, y también por otros, incluyéndose en el refrán judío de Ben Syra:[23]​
Santiago 4:9-5:1 en el verso del Papiro 100 (siglo III ).