La salvación es un término que generalmente se refiere a la liberación de un estado o condición indeseable.
[2] En muchas ocasiones está vinculado al voluntariado, y cuando las circunstancias del salvamento son tan arriesgadas que implican poner en riesgo a quien lo intenta, se suele calificar de heroísmo.
En teología el estudio de la salvación se llama soteriología y es un concepto vitalmente importante en varias religiones.
Esto dice que desde que hay solo un mediador entre el hombre y Dios, Jesucristo, si una persona no ha oído de Él, la maldición eterna es la única posibilidad para ella (aunque la mayoría de sus adeptos hace excepciones con los niños y los discapacitados mentales).
Esta doctrina declara que Jesucristo puede hablar a todo corazón humano por medio del Espíritu Santo, y si una persona responde positivamente, será salva.
La salvación o justificación no pueden ser merecidas, pero una vez que Dios ha justificado, mediante la gracia santificante del Espíritu Santo, entonces se pueden obtener dones útiles para esa santificación, para el incremento de gracia y amor y para alcanzar la vida eterna a la cual Dios tiene destinadas a sus criaturas.
Iglesias como las Iglesias de Cristo no solo reconocen que el escuchar el evangelio (muerte, sepultura y resurrección de cristo) según 1 Corintios 15:3-4 y responder con fe como parte del proceso de salvación según Marcos 16:15-16, sino que también el arrepentimiento según Hechos 2:38, el bautismo según 1 Pedro 3:21 y la obediencia continua son necesarios para poder ser salvo, basándose en un fundamentalismo cristiano utilizando la escritura como principio.
Pero otras formas de universalismo cristiano aseguran que el cristianismo es la única religión completamente verdadera, y que la salvación universal solo es accesible a través de Cristo: Cristo y su resurrección redimen a todos.
Así, según su doctrina, si los fieles en la tierra han elegido vivir con Dios, esforzándose por cumplir sus mandamientos y arrepintiéndose de sus pecados, dando de su tiempo y recursos a Dios, enseñando el evangelio a su familia, entonces resucitarán con una gloria como la del Sol (es decir, luminosa).
Estos mundos creados por Dios serían los lugares propicios para ser probados ya que las experiencias positivas y negativas de la vida humana da a los espíritus humanos el conocimiento y madurez necesarios para volver a la presencia de Dios.
Según esta creencia, mediante la obediencia estricta el hombre puede convertirse en un ser divino, un creador como Dios.
No tienen separación conceptual entre la salvación física y la espiritual, sino que se ve la obra de Dios como plenamente libertaria en todos los ámbitos posibles.
Israel conserva esa libertad en la medida que es fiel al pacto de la Torah.
Toda salvación es en última instancia mérito de Dios, pero exige gratitud y lealtad a cambio.
Conceptos de la salvación son marcadamente diferentes en las múltiples tradiciones paganas y neo-paganas, incluso en aquellas fuertemente influidas por las religiones abrahámicas.