Actualmente cuentan con unas 13 000 congregaciones tan solo en los Estados Unidos, con unos 3 millones de miembros.
Los primeros esfuerzos fueron hechos en Tampico, México (1897), con McNemar, así como en Chihuahua.
Thomas Martin Westrup es reconocido como el primer predicador de una Iglesia evangélica en Latinoamérica, constituida en Monterrey, México.
Las congregaciones más antiguas de México se concentran en Coahuila y Tamaulipas.
Estos últimos se perderán no porque fueran señalados para condenación sino porque fue su elección.
Son cesecionistas, se oponen a las enseñanzas del bautismo del Espíritu Santo, el hablar en lenguas, milagros, la sanidad divina, imposición de manos o manifestaciones de los dones espirituales o ministeriales como se es enseñado en iglesias pentecostales trinitarias, unicitarias e iglesias carismáticas y neopentecostales, argumentando que estas manifestaciones fueron para la formación de la iglesia del primer siglo hasta la organización del canon bíblico y que se daba solo por la imposición de manos de los apóstoles que fueron los únicos que recibieron el bautismo del Espíritu, por lo que todas esos actos cesaron con la muerte de ellos.
No hay oficina centrales terrenales, ni organizaciones humanas para conformar la iglesia.
Los ancianos también llamados pastores u obispos sirven proveyendo funciones espirituales y disciplinarias en la iglesia local.
Las mujeres no se les permite pastorear u predicar en las reuniones generales.
Creen que cinco actos de adoración fueron guardados por la iglesia del primer siglo y son: cantar, orar, predicar, ofrendar y comer la Cena del Señor.
Los cantos e himnos son administrados en forma "a capella", los instrumentos musicales en muchas iglesias no son permitidos o usados en los cultos como también las palmas, aplausos u batir las manos, el canto de solos o formación de coros, en otras ramas si se practica.
Así mismo algunas ramas se han opuesto a las comunes escuelas dominicales de iglesias cristianas y a la oración congregacional colectiva simultánea, por lo que oran en las reuniones con alguien liderando y los demás permaneciendo en silencio para responder con un "amén" al final.
Se oponen a la práctica del diezmo y a la colecta de múltiples ofrendas en cada culto, sino que solo se ofrenda una vez voluntariamente los convertidos los domingos, depositando en cajones designados y se oponen a toda práctica comerciales como bazares, rifas, venta de biblia y literatura o comidas para recaudación de fondos.