En una larga entrevista concedida a Antonio Lorca en El País lo expresa así: «Mi cuerpo es como es.
Durante un tiempo compaginó los estudios con el toreo: terminó la Selectividad y comenzó Ingeniería Industrial, pero decidió dedicarse en exclusiva al toro.
Sin embargo, en sus ocios mantiene la curiosidad por materias científicas a través de la lectura.
El toro de la ceremonia se llamó Odioso, obtuvo palmas tras un aviso.
Contra la opinión facultativa, volvió a salir muy motivado para matar a los otros dos toros, cortando una nueva oreja al sexto, tras haberle dado unos pases por alto sentado en una silla de enea.
Dejó un grato recuerdo porque a su segundo toro, con detalles de manso, le hizo una lidia muy torera, que le acercaba a abrir la Puerta Grande, pero pinchó varias veces.
La suma de ambas actuaciones tuvo una repercusión notable entre los empresarios taurinos, que se reflejó en nuevos contratos.
[18] Posteriormente volvió a enfrentarse a los Victorinos en Bilbao, con sendas ovaciones: volteado por los dos toros, en el último resultó herido en la corva de una rodilla, sin impedirle matarlo de una estocada.