Morante de la Puebla

Su pasión por el toreo comienza a los 5 años viniendo de una familia no taurina.En su primer novillada con picadores, alternó con Francisco Barroso y Joselu de la Macarena, junto al rejoneador Antonio Ignacio Vargas.Se eligió esa fecha para el día de su debut en Guillena, porque en Sevilla, inmersa en plena Feria de Abril (donde 5 días después Emilio Muñoz Vázquez conseguía su ansiada Puerta del Príncipe), ese sábado no había festejo taurino, al programarse en el coso maestrante un espectáculo de caballos franceses.Con ello consiguieron el objetivo de llenar los tendidos y muchos aficionados acudieron a ver sus inicios con la facilidad incluso de autobús gratis para asistir al festejo desde Sevilla y desde la propia La Puebla del Río.Morante de la Puebla frecuentó plazas muy concretas, por cercanía y por facilidad en su poderdante, así toreó hasta 5 ocasiones en Valverde del Camino, 4 veces en Guillena..No fue el único percance de la temporada, ya que en dos ocasiones diferentes, en Valverde del Camino, sufrió sendos reverses.Varias tardes se anunció solo, pero es en Niebla (España), en el cierre de la campaña, cuando estoquea por primera vez en su carrera 6 reses.Ese mismo día 1, toreó en el Castillo de las Guardas, y así hasta en 9 ocasiones en el primer mes del año, con actuaciones seguidas como en Niebla (España) por la festividad de Reyes.Eso sí, destacable fue salir continuamente en hombros, hasta en 31 ocasiones debido a las 114 orejas y 20 rabos conseguidos, siempre en cosos de menor categoría y es que, por ejemplo, en La Puebla del Rio toreó hasta en 7 ocasiones, 4 en el Castillo de las Guardas, 3 en Zalamea la Real, otras tantas en El Ronquillo, Niebla (España)..Pero si había una gran cita marcada en el año, esa era su presentación en Las Ventas.Desde su pueblo natal se fletó casi la docena de autobuses para ver a su torero lidiar reses de Jimenez Pasquau junto a Javier Clemares y El Renco.Sin conseguir el triunfo deseado Morante dejó impronta su personalidad, derrochó gusto y armonía, con un saludo a la verónica destacable, también dejó impronta ese valor que le caracteriza, de hecho, se llevó una fuerte voltereta.Aplausos (revista) título su crónica: “Morante de la Puebla: un voto a la esperanza.” Aún le quedaban dos cosos de 1ª, Valencia por julio donde dio una vuelta al ruedo y Málaga en feria donde corto una solitaria oreja.Junio con sólo un paseíllo en Dax iba a marcar la historia del toreo en Jose Antonio Morante Camacho.A final de dicho mes, una actuación rotunda suya en Burgos, en lo que sería el debut ganadero de Antonio Bañuelos, iba marcar lo que históricamente después vendría, su doctorado.Sólo José Antonio Morante Camacho sabe lo que para él supuso la no alternativa en su Sevilla natal.Cortó un total 265 orejas y 35 rabos, con una clara diferenciación entre las etapas de sus apoderados: por un lado los dos años con Leonardo Muñoz primando la cantidad en un círculo próximo a su pueblo, y los otros dos años con Miguel Flores, donde se valoró la importancia de los cosos.Con quien más actuó en esta etapa fue con Javier Rodriguez, seguido por Eugenio de Mora, Juan Montoro... ¿De las ganaderías?Carlos Núñez, Guadalest, Torrealta (ganadería) fueron los hierros a los que más se enfrentó.Pero, lo que quedará para siempre en su haber, es ese halo de ilusión, esos sueños, esas incertidumbres en muchos de sus paisanos, que pronto pasaron a pertenecer y encabezar la lista del morantismo.Su primer gran triunfo lo consigue en la Maestranza de Sevilla, abriendo la puerta del príncipe en 1999.Sin embargo, tiene su punto débil en la suerte suprema, la cual le ha privado de números trofeos.En 2023 en La Maestranza cortó el rabo al toro Ligerito, toro de Domingo Hernández, hecho que no sucedía desde Ruiz Miguel en 1971, sin contar con el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza en 1999.
Morante de la Puebla ejecutando una verónica .