A los tres años quedó huérfano de padre, policía judicial que fue asesinado.
Su mamá se casó de nuevo y tuvo siete hijos.
Fue autodidacta, porque apenas estudió la primaria y quizá un poco de secundaria.
Entre sus extravagancias se encontraba el traslado a la plaza en calesa entre el humo de puros enormes, ternos decolorados y mordiendo bolillos.
Sin embargo, esta circunstancia le granjeó la enemistad de muchos empresarios taurinos.