Fue aquí donde conoció a Eugenio González, Pablo Neruda, Armando Ulloa, Rubén Azócar, Eusebio Ibar, Víctor Barberis y Yolando Pino Saavedra, con quienes estableció un profundo lazo tanto en el ámbito personal como en el literario.
[1] En 1924, Murga fue nombrado profesor en el liceo de Quillota, donde hizo clases al renombrado poeta y novelista Luis Enrique Délano.
Además, fue en esta revista donde desarrolló su trabajo como traductor, dentro del cual incluyó autores como Paul Fort, Anatole France, Marcel Schwob, Charles Nodier y Henri Barbusse, entre otros.
Veintiún años después de su muerte, fue publicada la obra El canto en la sombra, que reúne trabajos escritos en su mayoría durante su paso por el Instituto Pedagógico.
Su posición frente a la poesía se mostró cautelosa respecto de las nuevas formas poéticas y señaló como paradigma al simbolista francés Paul Verlaine, en cuanto este trabajaba una poesía aliada a la música de la palabra.