El robo de madera es una actividad penada por ley como delito tipificado que afecta al sector forestal chileno, específicamente a la industria maderera, en todos sus segmentos y en diferentes dimensiones de ésta.
[1] La actividad ilícita consiste principalmente en la tala ilegal de árboles con una alta demanda o valor comercial desde predios dedicados a la silvicultura, especialmente en la Macrozona Sur y Zona Austral del país.
[7] De acuerdo a InSight Crime, fundación que ha hecho estudios y análisis a este delito en toda América Latina, las dos especies introducidas más robadas en territorio chileno son las de eucalipto (Eucalyptus globulus) y pino (Pinus radiata).
[8] Históricamente, si bien la tala de bosque nativo es una actividad penada como una infracción a la legislación forestal chilena, ha sido una práctica común, en especial desde la Región del Maule hacia el sur del territorio nacional continental.
[9] Debido a su alto valor en el mercado negro maderero nacional e internacional, especies como el alerce (Fitzroya cupressoides), la araucaria araucana, la lenga y el ciprés de las Guaitecas (Pilgerodendron uviferum) son altamente cotizados por los traficantes de madera.