Revolución constitucional iraní

La concesión de mayor trascendencia fue la Concesión D’Arcy, por la que en 1901 el millonario londinense William Knox D’Arcy adquirió el derecho exclusivo de prospección y explotación petrolera por sesenta años en todo Irán, salvo las provincias del norte bajo influencia rusa.

En 1851 se inauguró en Teherán, por iniciativa del sadr-e aʿzam Amir Kabir, la primera escuela politécnica de Irán, Dar ol-Fonún, centrada en la formación militar.

Los comerciantes, indignados, cerraron todo el bazar y, secundados por ulemas e intelectuales, proclamaron un «encierro»[6]​ en la Mezquita Real (مسجد شاه, trl.

Sin embargo, el shah parecía retractarse y, en una atmósfera ya revolucionaria, un oficial de la guardia cosaca mató a un seyyed, provocando un nuevo bast de protesta en junio de 1906, esta vez en Qom, dirigido por Tabatabaí, Seyyed Abdollah Behbahaní e incluso el monárquico sheij Fazlollah Nurí, que amenazaban con hacer emigrar a todos los ulemas a Nayaf y Karbala, lo que privaría al país de servicios religiosos (y jurídicos).

[8]​ Tras la formación muy rápida de una asamblea constituyente formada en su mayoría por comerciantes, ulemas, ancianos de los gremios y notables liberales, se elaboró una ley electoral que dividía a la población en seis clases: príncipes Qayares, ulemas, nobles,[9]​ notables,[10]​ comerciantes reconocidos, terratenientes con propiedades de valor superior a 1000 tomanes y artesanos integrados en un gremio aceptado y con pagos fiscales no inferiores a la media local.

Los diputados se basaron en la constitución de Bélgica, buscando establecer una monarquía parlamentaria con separación de poderes tripartita clásica que fuere aceptable tanto para el sah Mozaffareddín como para el heredero Mohammad Alí Mirzá.

El parlamento podía, por mayoría absoluta, destituir a un ministro o al gabinete entero.

En mayo de 1907, Mohammad Alí Shah destituyó al sadr-e aʿzam Nasrollah Moshir od-Doulé, que había llegado al cargo como mediador entre el trono y los constitucionalistas, y designó en su lugar a Alí Asghar Atabak Amín os-Soltán, Atabak-e Aʿzam, que había ejercido durante trece años como gran visir de Nasereddín y de Mozaffareddín Shah.

El sah declaró entonces a sus jardineros, cocineros, cocheros y caballerizos que no podría seguir pagándoles por haber cancelado el parlamento sus salarios.

El sah recurrió entonces al sheij Fazlollah Nurí, a Seyyed Alí Yazdí y otros mulás, que se concentraron en la plaza de Tupjané (hoy plaza del Imam Jomeini), donde durante días se instalaron jaimas y calderos, y se pronunciaban discurso contra los parlamentarios en términos tales como: «Acostaos con prostitutas, robad, matad, pero no os acerquéis a esta Asamblea», a lo que la multitud respondía coreando «no queremos régimen constitucional, queremos la religión del Profeta».

El 22 de diciembre, el sah envió a la Asamblea un ejemplar del Corán, en cuyas últimas páginas había anotado a modo de escolio: El historiador secularista Ahmad Kasraví escribe en 1940 en su Historia del régimen constitucional en Irán (تاریخ مشروطه ایران):

Con el progreso del movimiento, sin embargo, Nurí planteó objeciones crecientes, alegando que el régimen constitucional (mashruté) debía ser legítimo de acuerdo con los preceptos islámicos (mashruʿé, en grafía persa مشروعه).

Con el reaccionario Mohammad Alí Shah en el poder —de quien recibía estipendios y cuyo gobierno defendió durante la guerra civil—, se opuso al modernismo y al liberalismo, denominando en su crítica este último como «velayato de la libertad», concepto que relacionó con la infidelidad, defendiendo el abandono de su utilización.

Ejecución de Mirza Reza Kermaní.
Joseph Naus disfrazado de árabe en una fiesta en Teherán.
Encierro de protesta en la embajada británica de Teherán en agosto de 1906.
La Asamblea Constituyente iraní, reunida en 1906.
Mohammad Alí Shah rodeado de cortesanos.
El sheij Fazlollah Nurí , ahorcado tras la conquista de Teherán por los constitucionalistas.