Pocas semanas después, recibió de la Sublime Puerta, prisioneros, al intelectual nacionalista Mirzá Aqa Jan Kermaní y a varios partidarios del panislamista Seyyed Yamaloddín Asadabadí, acusados de estar implicados en el magnicidio.
Mohammad Alí Mirzá los hizo ejecutar y envió a su padre sus cadáveres, rellenos de paja.
Su propia instrucción en Tabriz corrió a cargo del institutor Seraya Shapshal, Adib os-Soltán,[2] de quien aprendió la lengua y la cultura rusas.
Después se casó con Malaké Yahán,[4] hija del príncipe Kamrán Mirzá y nieta de Nasereddín Shah.
Tras repartir 10 000 libras esterlinas entre los 1 000 soldados cosacos que guardaban Teherán, declaró la ley marcial y designó al coronel Vladímir Liajof como gobernador militar de la capital.
Tres diputados fueron ejecutados en los jardines reales: Mirzá Yahangir Sur-e Esrafil, Malek ol-Motekallemín y uno más.