La categoría de reserva natural de la defensa se aplica en la Argentina a algunas áreas silvestres que son propiedad del Estado Nacional, cedidas en uso y administración a las fuerzas militares de dicho país, las cuales son administradas bajo una figura de conservación que contempla dicha circunstancia.
En 1979 y desde la naciente Fundación Vida Silvestre Argentina, Francisco Erize alertaba sobre el valor biológico del área militar contigua al parque nacional Iguazú.
[3] Para cada reserva se deben constituir comités locales de gestión.
Hasta que no se lo indique en el Plan Rector, las visitas del público en general están vedadas.
Entre los que se encontrarían en una etapa más avanzada se halla la estancia Remolino en la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.