Esto puso adelante la naturaleza dual de la política exterior soviética, que cerca tanto el internacionalismo proletario como la coexistencia pacífica.
Ambas políticas pueden ser perseguidas simultáneamente: "la coexistencia pacífica no excluye, pero presupone la oposición determinada a la agresión imperialista y apoyo a pueblos que defienden sus ganancias revolucionarias o luchan contra la opresión extranjera.
La última prioridad fue dada a África subsahariana, las islas en los océanos Pacífico e Índico, y América Latina, excepto en tanto que estas regiones hubiera oportunidades proporcionadas de la base estratégica o lindantes con estrechos navales estratégicos o rutas marítimas.
[1] Es posible descubrir tres fases distintas en la política exterior soviética entre la conclusión de la guerra civil rusa y el Pacto Ribbentrop-Mólotov de 1939, determinado en parte por luchas políticas dentro de la Unión Soviética, y en parte por el desarrollo dinámico en relaciones internacionales y el efecto que éstos tenían en la seguridad soviética.
Otra vez la colaboración con otros elementos progresivos era la clave, en la forma del Frente Popular, que echan la red todavía más amplia para abrazar partidos burgueses moderados.
De la mano con la promoción de Frentes Populares, Maksim Litvínov, Comisario para Asuntos Exteriores entre 1930 y 1939, apuntó a alianzas más cercanas con gobiernos occidentales, e hizo alguna vez mayor hincapié en la seguridad colectiva.
Los soviéticos ya no buscaban la seguridad colectiva sino individual, y el pacto con Hitler fue firmado, dando a la protección del frente soviético del poder europeo más agresivo y recuperando gran parte de la esfera de influencia que Rusia había perdido durante la Primera Guerra Mundial y tras el Tratado de Brest-Litovsk.
El KGB ("Comité para la Seguridad Estatal"), responsable del espionaje extranjero y vigilancia interna, era famoso por su eficacia.
El ala extranjera de la KGB fue usada para influir en la política en países alrededor del globo, los Estados Unidos no son ninguna excepción.
Mientras tanto, la Guerra fría llevó a la deténte y a un patrón más complicado de las relaciones internacionales en las cuales el mundo estuvo partido no más claramente en dos bloques claramente opuestos.
En otra parte la Unión Soviética había concluido tratados de cooperación y amistad con varios estados en el mundo no comunista, sobre todo entre el Tercer Mundo y los estados del Movimiento No Alineado.
No obstante algunos obstáculos ideológicos, Moscú avanzó intereses estatales ganando huecos para apoyar el pie militares en áreas estratégicamente importantes en todas partes del Tercer Mundo.
Además, la Unión Soviética siguió proporcionando la ayuda militar para movimientos revolucionarios en el Tercer Mundo.
Por todos estos motivos, la política exterior soviética tuvo la importancia principal para el mundo no comunista y ayudó a determinar al tenor de las relaciones internacionales.
Cuando Mijaíl Gorbachov sucedió a Konstantín Chernenko como el Secretario General del Partido Comunista en 1985, esto señaló un cambio dramático en la política exterior soviética.