En las semanas previas a la elección disturbios étnicos en el sur del país (región en la que había nacido Bakíev) en las ciudades de Osh y Jalal-Abad entre la minoría uzbeka y la mayoría kirguís, provocaron que se impusiera un toque de queda para calmar la situación.
[5] Cualquier partido político de carácter religioso o basado en la etnia quedó prohibido, mientras que el ruso reemplazó al uzbeko como segunda lengua oficial del país.
[5] El Consejo Supremo también elegiría el Primer Ministro y desempeñaría un papel clave en la formación del nuevo gobierno.
[8] De este modo, entró en vigor la nueva constitución y se convocó a elecciones parlamentarias para octubre.
[8] El proceso, sin embargo, no incluyó a más de 400.000 uzbekos que abandonaron el país durante los disturbios.