Rectificación de la República

[1]​ Las Cortes presididas por Julián Besteiro tenían como tarea principal el debate y aprobación de una Constitución.

Sin embargo, y desde el comienzo mismo se vio sometida a las críticas más severas desde la derecha e incluso desde parte del centro.

Toda la opinión católica, con rarísimas excepciones, repudió el artículo 26, mientras que el artículo 44 llenó igualmente de preocupación a la mayoría de los conservadores, por su contenido sobre la intervención del estado y la propiedad.

Entre esos "cartuchos detonantes" destacó que para el proyecto "la autonomía [sea] algo especial, puesto que no la estatuye para todos los españoles" sino que responde a los deseos "de dos o tres regiones ariscas" lo que dará lugar a "dos o tres regiones semi-Estados frente a España, a nuestra España" y en cuanto al resto de regiones, al afirmar el proyecto, según Ortega, que la autonomía sólo se concederá "a aquellas provincias que posean características definidas, históricas, culturales y económicas comunes" esto las animará a "una campaña de nacionalismo allí donde hasta ahora no ha existido".

El otro "cartucho detonante" es, según Ortega, "el artículo donde la Constitución legisla sobre la Iglesia" que le parece "de gran improcedencia".

Calificaría más adelante al nuevo documento de «Constitución lamentable, sin pies ni cabeza, ni el resto de materia orgánica que suele haber entre los pies y la cabeza».

Pese a ello, el partido fue relativamente poco influyente en las Cortes, en parte por causa de las declaraciones del filósofo, que describía su movimiento como un grupo de intelectuales metidos en política solo por deber y como a disgusto.

Queda claro el sentido con que Ortega critica la existencia de partidos políticos en tanto que son resurrecciones y vigencias decimonónicas y, por tanto, desfasados e ineficaces para el nuestro.

Fotografía del discurso publicada en revista de la época
Anuncio publicado en el periódico "El liberal" , sobre la instalación de megafonía en el Ateneo de Madrid, para escuchar el discurso de Ortega
Portada de la edición del discurso en Revista de Occidente, 1932