Su uso pudo haberse generalizado en la segunda mitad del siglo XVIII, en pleno auge de la literatura caballeresca.La recuperación realizada por Schlosser marcó la creciente popularidad de la expresión, no solo en la historiografía, sino también en la imaginación popular.La expresión persistió hasta los años treinta del siglo XX, cuando el fenómeno fue objeto de una profunda revisión crítica.En particular, el análisis de Otto Brunner requería dejar de lado las herramientas conceptuales modernas, como la clara separación entre el derecho público y el derecho privado, el monopolio de la fuerza por parte del Estado, el contraste entre la violencia privada y la legal, debiendo contemplarse bajo luces diferentes las instituciones legales por entonces prevalecientes, como el feudalismo y la investidura, perdidos como formas obsoletas ante los desarrollos legales posteriores.El término se ha mantenido en uso para referirse a determinados operadores económicos que utilizan métodos comerciales agresivos y no transparentes.
En la primera línea, la aparición más antigua del término (en la forma
Raub-Ritter
), en 1672
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