Raimundo Saporta

[1]​ Su padre Jaime, un banquero, poseía pasaporte español gracias a un decreto del dictador Miguel Primo de Rivera de 1924, por el que se concedía la nacionalidad a todos aquellos que pudiesen acreditar los orígenes hebreos.

[1]​[2]​ Tras la Gran Depresión, los Saporta se trasladaron a París y vivieron allí hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Del mismo modo, en la documentación oficial se modificó el lugar de nacimiento a la capital gala para evitar cualquier problema.

[1]​ La familia se asentó en Madrid en 1941 y a los pocos meses sufrió la pérdida de su padre cuando este fue atropellado por un tranvía.

[3]​[4]​ Su hermano mayor, el escritor Marc Saporta (1923-2009), prefirió regresar a París cuando la guerra finalizó y adoptó la nacionalidad gala.

[5]​ La importancia que ganó en esa institución le granjeó una buena relación con las autoridades de la época.

[3]​ Saporta consiguió hacer un cuadrangular con rivales internacionales y Bernabéu, asombrado por sus facultades, le pidió que formase parte de la directiva del club blanco.

[5]​ Compaginó el cargo en el Banco Exterior por las mañanas con la dirección deportiva por las tardes, dado que los miembros de la directiva no eran entonces profesionales.

La Delegación Nacional de Deportes llegó a una decisión salomónica, por la que jugaría en el Real Madrid el primer año y después se marcharía al Barça.

Durante las negociaciones fue el intérprete entre Santiago Bernabéu, el periodista Gabriel Hanot y su superior Jacques de Ryswick.

[8]​ En 1962 ascendió a la vicepresidencia del Real Madrid, convirtiéndose en la mano derecha de Santiago Bernabéu.

Después de encargarle la organización de un torneo infantil con éxito, Saporta le confió las categorías inferiores del club blanco y en 1959 le ascendió a entrenador del primer equipo, cargo que mantuvo hasta 1975.

La plantilla contó con algunas de las primeras estrellas del panorama nacional, algunos de ellos estadounidenses nacionalizados: Emiliano Rodríguez, Clifford Luyk, Lolo Sáinz, Wayne Brabender, Walter Szczerbiak, Miles Aiken, Rafael Rullán y Juan Antonio Corbalán.

Dado que en Navidad no había liga sugirió un cuadrangular amistoso para esas fechas, pero la junta directiva del Real Madrid se negó.

En su tercera edición se amplió al resto del país, bajo unos requisitos económicos para garantizar su saneamiento.

[10]​ En los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 consiguió un permiso del Rey Juan Carlos I para que la estrella de la selección, Juan Antonio San Epifanio «Epi», pudiese viajar con la expedición pese a que estaba cumpliendo el servicio militar.

En 1995 fue nombrado por aclamación vicepresidente de la FIBA, un cargo más simbólico que ejecutivo porque su salud se había agravado en ese periodo.

Destacó en especial su habilidad para las relaciones públicas, tanto con los jugadores como en ambientes políticos e incluso diplomáticos.

Imagen de la Recopa de Europa de Baloncesto , renombrada «Copa Saporta» en su honor.