Se trata de una distinción importante debido a la gran diferencia en la nocividad para los organismos vivos.
Una fuente común de radiación ionizante es la materiales radiactivos que emiten radiación α, β o γ, consistente en núcleos de helio, electrones o positrones y fotones, respectivamente.
La palabra "ionizar" se refiere a la separación de uno o más electrones de un átomo, acción que requiere las energías relativamente altas que proporcionan estas ondas electromagnéticas.
[4] La palabra "radiación" surge del fenómeno de las ondas irradiando (es decir, viajando hacia afuera en todas direcciones) desde una fuente.
Como cualquier ley ideal, la ley del cuadrado inverso se aproxima a una intensidad de radiación medida en la medida en que la fuente se aproxima a un punto geométrico.
La radiación propagada en forma de ondas electromagnéticas (ondas de radio, luz visible, rayos UV, rayos gamma, rayos X, etc.) se llama radiación electromagnética, mientras que la llamada radiación corpuscular es la radiación transmitida en forma de partículas subatómicas (partículas α, partículas β, neutrones, etc.) que se mueven a gran velocidad, con apreciable transporte de energía.
[5] En general son radiactivas las sustancias que presentan un exceso de protones o neutrones.
Así, un cuerpo muy caliente emitirá, por norma general, gran cantidad de ondas electromagnéticas.
[6] En 1911, Vector Franz Hess, físico austríaco, demostró que la ionización atmosférica aumenta proporcionalmente a la altitud.
Dado que las células vivas y, lo que es más importante, el ADN de esas células pueden resultar dañados por esta ionización, la exposición a la radiación ionizante aumenta el riesgo de cáncer.
La radiación ionizante tiene muchos usos prácticos en medicina, investigación y construcción, pero representa un peligro para la salud si se utiliza de forma inadecuada.
Se clasifica en dos tipos según su energía[9]: En un entorno laboral, aunque los efectos de los campos electromagnéticos no son tan perceptibles como el ruido o las vibraciones, pueden afectar al cuerpo humano.
Los riesgos dependen principalmente de: Las radiaciones no ionizantes pueden generar efectos biológicos en las personas según la frecuencia y la energía recibida.
Síntomas en los humanos a causa de la radiación acumulada durante un mismo día[11] (los efectos se reducen si el mismo número de Siéverts se acumula en un periodo más largo): Síntomas en humanos por radiación acumulada durante un año,[12] en milisieverts (1 Sv=1000 mSv): Efectos sobre los animales Consecuencias directas de la exposición a la radiación en animales.
[14] La transferencia lineal de energía o LET (Linear Energy Transfer) es una medida que indica la cantidad de energía «depositada» por la radiación en el medio continuo que es atravesado por ella.
Biológicamente estas medidas son importantes, ya que diversas radiaciones pueden causar daños a la salud según la intensidad de la radiación o la LET a la que se exponga el cuerpo humano.
Además es importante notar que las dosis no solo dependen de la LET.