Es bueno para el riñón y adecuado para quienes padecen insuficiencia renal crónica gracias a su bajo contenido en potasio.
Debido a que el queso de cabra se elabora a menudo en regiones donde la refrigeración no siempre está disponible, los quesos de cabra curados suelen tratarse con sal para mejorar su conservación.
Si el queso va a envejecerse, suele sumergirse en salmuera para que forme una corteza, y luego se almacena en un lugar fresco durante varios meses.
Francia produce un gran número de quesos de cabra, especialmente en el Valle del Loira y Poitou, donde se dice que las cabras fueron llevadas por los moros en el siglo VIII.
En Mesopotamia fue creado el primer queso de cabra, pues eran animales domésticos allí.