La hoguera tiene una larga historia como pena de delitos religiosos como la traición, herejía y brujería.La muerte en la hoguera cayó en desgracia entre los gobiernos en el siglo XVIII, y es desde entonces considerado un castigo cruel e inusual.En la Edad Media la Iglesia católica legisló que la quema iba a ser el castigo máximo por herejía.Las autoridades civiles quemaron personas consideradas herejes bajo la Inquisición romana, incluyendo a Giordano Bruno.El historiador Fernando del Pulgar, contemporáneo de los Reyes Católicos, estima que la Inquisición española habría quemado en la hoguera a 2000 personas hacia 1490 (tan solo una década después de que la Inquisición fuera instaurada en el país).[2] En 1790 Benjamin Hammett introdujo un proyecto de ley ante el Parlamento para poner fin a la práctica.Aún existe una imagen del acontecimiento, que muestra a la multitud junto al cadáver carbonizado de Washington.