Si bien las fuentes contemporáneas están marcadamente sesgadas a su favor, Prisco es presentado como un líder militar efectivo y capaz.
Bajo el reinado de Mauricio, se distinguió en las campañas contra los ávaros y sus aliados eslavos en los Balcanes.
Recién llegó a Oriente en la primavera y asumió el nuevo cargo en la base bizantina de Monocarton en abril.
Prisco no solo fue incapaz de restaurar el orden, sino que fue él mismo atacado y forzado a huir a Constantina, mientras que los soldados eligieron al dux de Fenicia, Germano, como su líder.
Prisco escogió desobedecer la orden del Emperador y cruzó nuevamente con su ejército para hibernar en el sur.
Este logró emboscar al destacamento ávaro que llevaba consigo el botín, lo recuperó y envió de regreso a Prisco.
[15][16][17] No obstante, Prisco permaneció extrañamente inactivo y el ejército inexperimentado de Comenciolo fue derrotado en batalla.
En Viminacium, Comenciolo cayó enfermo y Prisco asumió el mando único de la campaña.
Su ejército cruzó el río y peleó tres batallas sucesivas durante los siguientes diez días.
Allí, una cuarta batalla se libró cerca del río Tisza, la cual también fue ganada por los bizantinos.
Su misión allí, sin embargo, fue interrumpida por una revuelta militar a gran escala que provocó la caída de Mauricio.
El ejército eligió al oficial Focas como su nuevo líder y se dirigió hacia Constantinopla.
Sin fuerzas militares propias, Mauricio debió huir, pero fue capturado junto con su familia y ejecutado por Focas, quien se convirtió en emperador.
A partir de ese momento, los cronistas informan que Prisco se volvió contra Focas.
Su prestigio había sido erosionado cuando el sah persa Cosroes II (r. 590-628) le declaró la guerra y cuando las fuerzas bizantinas comenzaron a sufrir sus primeras derrotas.
[28] Según una tradición posterior, Prisco envió una carta al exarca de África Heraclio el Viejo en que lo instaba a la revuelta.