Primera Internacional en España

[7]​ Allí se acordó apoyar el establecimiento de la República Federal y la participación de la clase obrera en las elecciones y la publicación del semanario La Federación —que se convertiría en el periódico internacionalista más importante—.

En casa del litógrafo Julián Rubao Donadeu celebró una primera reunión con varios obreros que frecuentaban la agrupación cultural Fomento de las Artes.

[18]​ El propio Fanelli «no conocía suficientemente bien las diferencias ideológicas y tácticas que separaban —y en ciertos aspectos oponían— la Internacional de la Alianza».

Así estos primeros grupos se dotaron de «un doble nivel organizativo: uno público y otro secreto».

[23]​ El cambio de orientación del republicanismo federal al apoliticismo bakuninista se reflejó también en el periódico La Federación que comenzó a divulgar estas ideas y llegó a publicar escritos de Bakunin sin que apareciese su firma.

[26]​ El Congreso decidió constituir la Federación Regional Española de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) y el tema más polémico en los debates fue la actitud que debía mantener la nueva organización hacia la política.

Los internacionalistas pensaron que «si la burguesía republicana francesa asesinaba a los obreros y se oponía a la libertad y al federalismo, esto significaba que la república burguesa era tan enemiga del obrero como la monarquía».

[42]​ Durante los debates los únicos que defendieron el derecho de la Internacional a seguir existiendo fueron algunos diputados republicanos federales como Fernando Garrido —que dijo que «no hay sociedad posible sin las clases trabajadoras»—, Francesc Pi i Margall —que criticó la consideración de la propiedad con un derecho «sagrado e inviolable»— o Nicolás Salmerón —quien afirmó que la propiedad cuando no sirve a «los fines racionales de la vida humana» es «ilegítima», «injusta» y «debe desaparecer».

Más directo fue el diputado federal catalán Lostau: «¿Sabéis qué debéis hacer para destruir la Asociación?

Lafargue se puso inmediatamente en contacto con el Consejo de la FRE y con la Federación madrileña a cuyos miembros explicó que el programa de la Internacional era contrario al que defendía la Alianza bakuninista.

Las tesis marxistas que tanto él como su esposa, hija de Karl Marx, defendían encontraron apoyo entre el grupo vinculado al diario La Emancipación formado por José Mesa, Francisco Mora Méndez y Pablo Iglesias que empezó a publicar artículos defendiéndolas.

[51]​ En el Congreso de Zaragoza se acordó dejar sin efecto la expulsión del grupo marxista pero en el mismo volvieron a triunfar las tesis bakuninistas y se eligió un nuevo Consejo de mayoría aliancista,[52]​ por lo que cuando en junio surgió un nuevo conflicto entre «autoritarios» y «antiautoritarios» los primeros fueron de nuevo expulsados y esta vez el Consejo Federal no intervino.[53]​.

En el Congreso se ratificaron por amplia mayoría las tesis marxistas pero los cuatro delegados de la FRE se alinearon con los bakuninistas por lo que cuando el Congreso decidió expulsar de la Internacional a Bakunin y a su aliado suizo James Guillaume por no haber disuelto la Alianza Internacional de la Democracia Socialista firmaron junto con otros delegados un manifiesto mostrando su disconformidad.

Todos ellos decidieron reunirse en Saint-Imier (Suiza]) para celebrar un Congreso aparte que supuso la ruptura de la Primera Internacional.

Para hacer frente a la situación Pi i Margall remodeló su gobierno y suspendió las garantías constitucionales.

Cuando estaban reunidos en la plaza de la República los guardias dispararon contra ellos para que se disolvieran.

El alcalde Albors y 32 guardias se hicieron fuertes en el Ayuntamiento y en otros lugares estratégicos esperando la llegada de los refuerzos que habían pedido al Gobierno, pero finalmente tuvieron que capitular, muriendo el alcalde Albors en la refriega,—aunque más adelante se diría que su muerte fue causada por las «atrocidades de los revolucionarios»—.

[65]​ Coincidiendo con la revolución del petroli en Barcelona hubo un conato de rebelión protagonizado también por los internacionalistas.

El lunes siguiente se declaró la huelga general en Barcelona y pueblos cercanos.

Así las Federaciones deberían «organizar todos los grupos revolucionarios que les sea posible, a fin de estar apercibidos y dispuestos para la acción revolucionario-socialista del proletariado».

[77]​ Además se optó por la vía insurreccionalista y se empezó «a dar alas al nihilismo (represalias personales, incendios de la propiedad) que poco después iba a alcanzar grandes vuelos, especialmente en Andalucía».

[92]​ La FRE en su conjunto siguió fiel al anarcocolectivismo, pero entre determinadas federaciones y secciones, especialmente en Andalucía, empezó a propagarse el anarcocomunismo.

[94]​ José Mesa que tras la desaparición del periódico La Emancipación se había trasladado a París fue el enlace con los grupos marxistas europeos.

[118]​ En febrero de 1883 el gobierno envió un juez especial a Jerez para que investigara los hechos.

[124]​ En cuanto al crimen de los venteros, cuatro personas fueron condenadas a muerte, pero no fueron ejecutadas.

[135]​ Según Clara Lida, el «primer internacionalismo peninsular» acabó «sucumbiendo no por la represión instrumentada desde 1874 hasta 1881, sino por las diferencias y pugnas internas.

Pero que esta táctica acabara por triunfar se debió también a muchos otros factores.

Por una parte, el énfasis en la autonomía de los grupos, acentuado durante la clandestinidad… incrementó una tendencia centrífuga que acabó por debilitar a la Federación.

[136]​ «El anarquismo peninsular no se recuperaría de esta crisis hasta comienzos del siglo XX, pero en el ínterin, los grupos e individuos quedarían a la deriva, sin una estructura definida y sin coordinación alguna», concluye Lida.

[134]​ Según Carlos Dardé, la FTRE se disolvió en 1888 al imponerse el sector del anarquismo que criticaba la existencia de una organización pública, legal y con una dimensión sindical y que, por el contrario, defendía el «espontaneísmo» —ya que cualquier tipo de organización limitaba la autonomía individual y podía «distraer» a sus componentes del objetivo básico, la revolución, además de propiciar su «aburguesamiento»— y la vía «insurreccionalista» —el levantamiento de los trabajadores pondría fin a la sociedad capitalista—.

Sello de Correos de la desaparecida República Democrática Alemana conmemorativo del centenario de la fundación de la AIT en el que aparece el sello del Consejo General con sede en Londres.
Grupo de fundadores de la Primera Internacional , en Madrid, en noviembre de 1868. Giuseppe Fanelli aparece en el centro, arriba del todo, con una larga barba.
Delegados asistentes al Congreso de Basilea de la AIT (septiembre de 1869)
Un grabado del Congreso Obrero de 1870 que se celebró en el Teatro Circo de Barcelona.
Derribo de la Columna Vendôme , erigida en honor de Napoleón, durante la Comuna de París . Un hecho que fue destacado por la prensa española como una prueba del antipatriotismo de los communards .
Pablo Iglesias , uno de los fundadores de la Nueva Federación Madrileña , a principios del siglo XX .
El padre del anarcocomunismo Kropotkin , que estuvo en España en 1878.
Grabado de la época que reproduce el momento en que el obrero anarquista Juan Oliva Moncasi dispara contra el rey Alfonso XII de España el 25 de octubre de 1878.
Juicio celebrado en 1883 en Jerez de la Frontera por el asesinato del Blanco de Benaocaz .
Trabajadores de una fábrica textil catalana
Trabajadoras de la misma fábrica
Ilustración de un periódico de la época sobre el atentado contra el general Martínez Campos (Barcelona, 1893).