Aunque tuvo una corta vida, sus miembros encabezados por Pablo Iglesias y Francisco Mora Méndez fueron los que ocho años más tarde fundaron el Partido Socialista Obrero Español.
Al mes siguiente los redactores de este periódico enviaron una carta al Partido Republicano Federal para que se definiera sobre la Internacional y explicara cómo actuaría con ella si llegaba al gobierno —y qué opinaba sobre el tema «emancipación de los trabajadores»—,[2] iniciativa que fue desautorizada por la Federación madrileña, donde los aliancistas encabezados por Morago tenían la mayoría.
Sin embargo, triunfaron las tesis bakuninistas y se eligió un nuevo Consejo de mayoría aliancista.
«Como los aliancistas, los llamados autoritarios españoles también se preciaban de dar la espalda al poder político y al Estado» y como ellos «pensaban que todo lo que había que hacer era cuidar la organización obrera, pues sólo ella, al ser trasunto de la sociedad futura, podía acercar la hora de su advenimiento».
En el Congreso se ratificaron por amplia mayoría las tesis marxistas aprobadas en los anteriores congresos como las relativas a «la constitución del proletariado en partido político» y la conexión entre la lucha económica y la lucha política.
[9] La Nueva Federación Madrileña, en cambio, apoyó los acuerdos del Congreso de La Haya, junto con un reducido número de federaciones locales que seguían su misma línea «autoritaria», como la llamaban los anarquistas.
[22] La pertenencia a la Asociación del Arte de Imprimir, según Santos Juliá, explicaría en gran medida «lo arraigado de las tesis apolíticas y antiestatales en el primer socialismo español» ya que sus miembros se sentían más «societarios que políticos».
Tal como los recordaba el joven aprendiz Juan José Morato «conservaban ciertos hábitos como aristocráticos»: «acudían a las asambleas bien rasurados, vestidos con el traje dominguero, brillantes las botas y tocada la cabeza con el hongo reluciente de puro nuevo o de puro traído».
[23] José Mesa que tras la desaparición del periódico La Emancipación se había trasladado a París fue el enlace con los grupos marxistas europeos.
Asistieron 16 tipógrafos, 2 obreros joyeros, 1 marmolista y 5 intelectuales —de los que solo dos seguirían con el proyecto: Alejandro Ocina, un tipógrafo que había decidido estudiar medicina, y su amigo de los últimos años de la carrera Jaime Vera—.
[26] Se constituyó una Comisión organizadora compuesta por Pablo Iglesias, Victoriano Calderón, Gonzalo Zubiarre, Alejandro Ocina y Jaime Vera, aunque este último no pudo participar en sus trabajos porque estaba preparando la tesis doctoral ya que acababa de obtener la licenciatura en Medicina.