Comienza con las sucesivas llegadas a Europa de las distintas especies del género Homo, todas ellas procedentes Oriente Próximo y el Cáucaso, dado su origen africano.[2] Según Douglass W. Bailey hubo una transición gradual, menos dramática que en otras zonas de Europa, hasta el cambio crucial que supuso la llegada de los humanos modernos, representados en Bacho Kiro (hace unos 44,000 años) y Temnata Dupka.[6] Aun así, es habitual utilizarla para designar un periodo de dos a cuatro milenios, intermedio entre el Paleolítico y el Neolítico.Otros yacimientos son la cueva de Theopetra y Sesklo en Tesalia, que representan desde el Paleolítico Medio hasta el Neolítico.Los autores griegos hacen referencias protohistóricas a la zona de Tracia desde Homero hasta Heródoto (Libro V).El gentilicio illyrii se usó inicialmente para designar al pueblo que ocupaba la zona del lago Skadar (entre Albania y Montenegro).[15] Del gentilicio se derivó el corónimo Illyria ("Iliria"), usado por griegos y romanos para un área muy amplia.[16] La cultura helenística se expandió a través del imperio macedónico creado por Filipo II de Macedonia y Alejandro Magno, a finales del siglo IV a. C., convirtiendo la lengua y cultura griegas en las dominantes no sólo en los Balcanes, sino en todo el Mediterráneo Oriental.