Posverdad

Posverdad o mentira emotiva es un neologismo que implica la distorsión deliberada de una realidad en la que priman las emociones y las creencias personales frente a los hechos objetivos, con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales, tal como lo define el Diccionario de la Real Academia Española (RAE).

Por ejemplo el ultraderechista ruso Aleksandr Duguin ha llegado a afirmar: «la verdad es una cuestión de creencia [...] los hechos no existen».

Lo hizo el dramaturgo serbio estadounidense Steve Tesich, en un artículo publicado en la revista The Nation.

En el artículo, Tesich decía “Lamento que nosotros, como pueblo libre, hayamos decidido libremente vivir en un mundo en donde reina la posverdad.” Tesich reflexionaba en este texto sobre el escándalo Irán-Contra y la guerra del Golfo Pérsico.

[5]​ El filósofo, humanista y pensador británico, A.C Grayling, asegura que la posverdad tiene su origen en la crisis económica del 2008, debido al resentimiento económico, que facilitó la exaltación de las emociones sobre temas como la inmigración, y sembró dudas sobre los políticos.

Grayling también asegura que otro ingrediente clave en la cultura de la posverdad son las redes sociales.

Sin embargo, en 2004, el término encontró un cierto desarrollo conceptual gracias a Ralph Keyes, quien usó el concepto «era de la posverdad» en su libro The post-truth era: dishonesty and deception in contemporary life.

[8]​ El diccionario inglés Oxford declaró post-truth (posverdad) como la palabra internacional del año 2016, citando un aumento de 2 000% en su uso en comparación con 2015.

[11]​[12]​[13]​ En un modo más extremo, la política de la posverdad puede hacer uso del conspiracionismo.

[18]​ En palabras de Noam Chomsky: “La gente ya no cree en los hechos”, y a su juicio, Trump, que ganó en las redes sociales, “representa un grave peligro”.

En algunos casos, esto conduce a un balance falso donde los puntos de vista de las minorías reciben un énfasis indebido y las exageraciones o mentiras contadas durante las campañas políticas no son adecuadamente cuestionadas.

Así, una persona de ideología liberal y una socialista rara vez se informarán con medios que coincidan.

Un cartel a favor del Brexit con una afirmación falsa sobre la cuota de membresía de la Unión Europea, citado como un ejemplo de la política de la posverdad: «Cada día enviamos a la Unión Europea 50 millones de libras esterlinas : mejor gastémoslos en nuestro sistema nacional de salud». [ 1 ]
Un manifestante cuestionando la legitimidad del certificado de nacimiento de Barack Obama , considerado un ejemplo de posverdad. [ 10 ]