Por cultura política se entiende el conjunto de conocimientos, evaluaciones y actitudes que una población determinada manifiesta frente a diferentes aspectos de la vida y del sistema político en el que se inserta.
Además, clasifican los objetos hacia los cuales se dirige la orientación política del individuo en cuatro categorías: En ese modelo, según los autores, la cultura política se constituye por la frecuencia de diferentes especies de orientaciones cognitivas, afectivas y evaluativas hacia el sistema político en general, sus aspectos políticos y administrativos y la propia persona como miembro activo de la política.
Los datos recabados mostraron que había diferencias permanentes entre los países respecto a la satisfacción con la vida y la confianza interpersonal, y que, en cada sociedad, tales variables mostraban una notable estabilidad a lo largo del tiempo, más allá de las fluctuaciones de corto plazo.
Inglehart explicaba esa estabilidad por la existencia de un componente cultural subyacente, que reflejaba la experiencia histórica distintiva de cada sociedad.
Estos temas ejemplifican cómo las orientaciones son disposiciones generales que modelan conjuntos de acciones y conjuntos de actitudes específicas.