Portia labiata[1] es una araña saltadora (familia Salticidae) que se encuentra en Sri Lanka, India, sur de China, Birmania (Myanmar), Malasia, Singapur, Java, Sumatra y Filipinas.
Todos los miembros de Portia tienen tácticas de caza instintivas para sus presas más comunes, pero a menudo pueden improvisar por ensayo y error contra presas desconocidas o en situaciones desconocidas, y luego recordar el nuevo enfoque.
Los especímenes de Sagada, en las montañas, casi siempre repetían la primera opción que probaban, incluso cuando ésta no tenía éxito.
Los otros seis son ojos secundarios, situados a los lados del caparazón y que actúan principalmente como detectores de movimiento.
[14] Por lo general, la subfamilia de arañas saltadoras Spartaeinae, que incluye el género Portia, no puede discriminar objetos a distancias tan largas como los miembros de las subfamilias Salticinae o Lyssomaninae.
[16] Sin embargo, una Portia tarda un tiempo relativamente largo en ver objetos, posiblemente porque obtener una buena imagen de unos ojos tan diminutos es un proceso complejo y necesita mucho escaneo.
[nota 3] Esto hace que una Portia sea vulnerable a depredadores mucho más grandes, como pájaros, ranas y mantis, que una Portia a menudo no puede identificar debido al tamaño del otro depredador.
[17] A diferencia de los insectos, las arañas y otros quelicerados no tienen antenas.
[2] Todos los miembros de Portia tienen tácticas instintivas para sus presas más comunes, pero pueden improvisar por ensayo y error contra presas desconocidas o en situaciones desconocidas, y luego recordar el nuevo enfoque.
[23] Si una Portia comete un error mientras caza a otra araña, ella misma puede morir.
[23] Si un insecto grande está forcejeando en una telaraña, Portia no suele cogerlo, sino que espera hasta un día hasta que el insecto deja de forcejear, aunque la presa esté completamente atascada.
[3] Cuando atrapa un insecto fuera de una telaraña, una Portia a veces arremete y a veces utiliza un «recojo» (pick up),[3] en el que mueve sus colmillos lentamente hasta entrar en contacto con la presa.
En algunos recojos, la Portia primero utiliza lentamente sus patas delanteras para manipular la presa antes de morder.
[6] Cuando una Portia acecha a otra araña saltadora, la presa generalmente se enfrenta a la Portia y luego huye o se exhibe como lo hace ante otro miembro de su propia especie.
[3] Los insectos no suelen ser inmovilizados tan rápidamente, sino que continúan luchando, a veces durante varios minutos.
Si la Portia no puede hacer más contacto, todos los tipos de presa suelen recuperarse, realizando movimientos lentos varios minutos después del apuñalamiento, pero a menudo no empiezan a moverse con normalidad hasta pasada una hora.
Cuando resulta herida, la Portia sangra y puede perder una o más patas.
Una hembra de P. labiata rara vez persigue o captura un insecto más grande en su propia telaraña, y es ligeramente menos eficaz contra insectos más pequeños en la telaraña de P. labiata que en otras situaciones.
Los autores sugieren que, en la naturaleza, el néctar puede ser una forma frecuente y cómoda de obtener algunos nutrientes, ya que evitaría el trabajo, los riesgos y los costes (como fabricar veneno).
Las arañas saltadoras pueden beneficiarse de los aminoácidos, lípidos, vitaminas y minerales que normalmente se encuentran en el néctar.
[32] Una prueba en un entorno deliberadamente artificial exploró la capacidad de P. labiata para resolver un problema novedoso por ensayo y error.
El espacio era demasiado ancho para que las arañas pudieran saltar hasta el final, y las opciones de las arañas eran saltar y luego nadar o nadar solamente.
Los probadores animaban a algunos especímenes utilizando una pequeña pala para hacer olas hacia el atolón cuando las arañas elegían la opción que los probadores preferían (saltar y luego nadar para algunas arañas, y nadar sólo para otras), y desanimaban a algunos especímenes haciendo olas de vuelta hacia la isla cuando las arañas elegían la opción que los probadores no querían - en otras palabras, los probadores «premiaban» a un grupo por un comportamiento «exitoso» y «penalizaban» al otro grupo por un comportamiento «no deseado».
[30] Los especímenes de Sagada casi siempre repetían la primera opción que probaban, incluso cuando ésta no tenía éxito.
Cuando los ejemplares de Los Baños no tuvieron éxito la primera vez, aproximadamente tres cuartas partes cambiaron a la otra opción, independientemente de si el primer intento fue saltando y luego nadando o sólo nadando.
[30] Antes del cortejo, un macho de Portia teje una pequeña telaraña entre ramas o ramitas, se cuelga bajo ella y eyacula.
Esto sugiere que los machos suelen buscar a las hembras, y no viceversa.
[3] Una hembra de P. labiata que ve a un macho puede acercarse lentamente o esperar.
Si la hembra se mueve lo más mínimo, el macho salta y huye.
[42] La P. labiata se encuentra en Sri Lanka, India, sur de China, Birmania (Myanmar), Malasia, Singapur, Java, Sumatra y Filipinas.