El caparazón (del occitano capairon)[1] es la placa única que recubre dorsalmente a las tortugas.
[2] El caparazón entonces está formado por una parte del endoesqueleto de huesos dermales y por una epidermis córnea externa protectora.
La cresta del caparazón, una cresta longitudinal embrionaria, parece ser la innovación clave causante de esta serie de cambios, aparece por primera vez en el embrión en el estadio 14,[5] está formada a partir de ectodermo y rodea las costillas, posiblemente uniéndose a sus células primordiales, causando que migren hacia la dermis dorsal, rodeando la escápula y la pelvis, para fusionarse con la osificación dérmica que se produce cuando las costillas toman esta posición externa; así que las costillas no se encuentran hacia la parte ventral como ocurre en los demás vertebrados en los cuales rodean el tórax.
El origen embrionario del plastrón y los mecanismos moleculares en general por los que se forma no son muy bien conocidos.
Esto ocurre con los demás músculos mencionados, los internos, su conectividad nunca varía dado que siguen los cambios conformacionales del sistema óseo rotando y acomodándose en su nueva posición.