Vértebra torácica

Al proceder de la primera vértebra torácica hasta la duodécima, cada una es más voluminosa que la anterior.[1]​ La rotura del disco intervertebral es más frecuente en las regiones torácicas y sacras, bien sea por una lesión o por un proceso inflamatorio.[3]​ El cuerpo es cilíndrico, con la forma de un corazón, con dos carillas articulares, superior e inferior.[5]​ Cada una de las apófisis articulares inferiores (hay una a cada lado) está fusionada también con las láminas, y sus facetas articulantes se dirigen hacia adelante y hacia el medio, para encajar con la apófisis superior de la vértebra por abajo.No se observa ningún agujero en esta apófisis, como sí lo tienen las vértebras cervicales.El cuerpo de la primera vértebra torácica es ancho transversalmente, su superficie superior es cóncava y con labios ascendentes en cada lado.Se diferencia al igual que la T7, T8 y T6, por poseer carillas articulares planas en la apófisis transversa.(articulares superiores) La vértebra T10 tiene una hemicarilla en cada lado, localizada parcialmente sobre la superficie lateral del pedículo.La vértebra T12 es de características muy similares a la T11 (al igual que T11 posee carillas completas en la parte superior del cuerpo vertebral, y no posee carillas en la parte inferior del cuerpo vertebral) ; pero se distingue de ella por sus superficies articulares inferiores, que son convexas y se dirigen hacia los lados para cuadrar con la de la primera vértebra lumbar.
Típica vértebra torácica, vista desde arriba: las flechas apuntan a los pedículos.
Típica vértebra torácica, vista desde arriba: las flechas apuntan a las láminas.
La primera y luego desde la novena hasta la duodécima vértebra y sus peculiaridades.