Participó en numerosos eventos para lograr mejorar la imagen del país mesoamericano en España y otros estados.Debido a esta persistencia, el gobierno mexicano lo premió nombrándole, además, vicecónsul de carrera.Entre las muchas curiosidades de Villa Maya, que llegó a tener su diario, su himno y unos protocolos muy rigurosos para evitar ser descubiertos (lo que varias veces sucedió), estaba llegada de suministros y noticias desde Gibraltar a través del yate Honey bee de William Grice-Hutchinson, empresario británico establecido en Málaga que llegó a ser conocido en el Peñón como la Pimpinela Escarlata.En esos siete meses logró evacuar de la ciudad a cuantiosos malagueños, camino a Gibraltar, el Marruecos francés o Marsella, contando con la ayuda de las ambulancias que le brindaría el citado José Gálvez.Tras la entrada en Málaga de las tropas sublevadas en 1937, y comenzar la persecución al bando republicano, Smerdou acogería igualmente a seis políticos republicanos que acudieron en su ayuda, aunque no tuvo tanto éxito como en el período anterior de la guerra.[6] En la biografía que escribió sobre Smerdou, Diego Carcedo lo bautizó como El Schindler de la Guerra Civil española.Carcedo ya había estudiado a otro personaje de corte humanitario similar, Ángel Sanz Briz.