Descrita por Pedro de Répide como «interesante lugar madrileño formado realmente por dos plazas que se unen en escuadra», la plaza tuvo su origen en la plazuela formada ante el convento fundado por Domingo de Guzmán en 1218;[1][2] así aparece rotulada, como plazuela de santo Domingo, en el plano de Teixeira, de 1656.
[3] Reinando ya Felipe II, se les construyó a las dominicas una iglesia, que fuera notable por sus sepulturas y sepultados.
[4][a] En 1637 se colocó una fuente monumental conservada hasta 1865.
El espacio en superficie fue ocupado por 3500 metros cuadrados de zona peatonal,[b] quedando oculta y abandonada la estructura subterránea.
[c] En 2017 se retomó la idea de utilizar como espacio para estacionamiento la enorme “madriguera” abandonada.