Sublevación del cuartel de San Gil

[2]​ Al no conseguir que su partido apoyara la vuelta a las instituciones, el general Prim optó por la vía del pronunciamiento para que la reina lo nombrara presidente del gobierno, emulando la experiencia de la Vicalvarada de 1854.

Así las cosas, se organizó desde la primavera un movimiento cívico-militar cuyo objetivo era destronar a la reina.

Se fijó la fecha del 26 de junio para la sublevación, nombrándose como generales al mando a Blas Pierrad y Juan Contreras, dirigidos por Prim, que debía entrar por la frontera francesa para hacer una proclama en Guipúzcoa y ayudar así al levantamiento de distintas unidades en todo el territorio nacional.

Los suboficiales sargentos del cuartel de San Gil eran los que debían reducir a los oficiales el día 26, pero los hechos se precipitaron.

A cambio les ofrecían retiros más ventajosos que en otras armas según sus años de servicio.

En la Puerta del Sol estaba previsto que se unieran los milicianos movilizados por los hombres de Ricardo Muñiz Viglietti, pero las fuerzas leales al gobierno mantuvieron la posición con duros combates durante la noche.

Una vez los sublevados no pudieron seguir su avance, las tropas de Serrano y O'Donnell efectuaron un plan para ir reduciendo las barricadas que se habían instalado en varias calles de la ciudad hasta cercar a los sublevados en el propio cuartel del que habían partido.

Las últimas barricadas callejeras fueron asaltadas por las unidades que dirigía el general Francisco Serrano, dando por concluida la sublevación.

La sublevación fracasó pero O'Donnell se encontró en una difícil situación pues varios oficiales habían resultado muertos por los insurrectos —la versión oficial fue que los sargentos sublevados habían «asesinado a sus jefes»—, lo que le obligaba a aplicar una dura represión.

En vez de eso, Isabel II aprovechó la primera ocasión para forzar la caída del gobierno: el 10 de julio, el general presentó un decreto nombrando nuevos senadores y la reina se negó a poner su firma.

Ataque y defensa de los artilleros pronunciados en el cuartel de San Gil el día 22 de junio de 1866. Grabado de Marcelo París por dibujo de Alfredo Perea : Carlos Rubio , Historia filosófica de la revolución española de 1868 , Madrid, 1868.
Leopoldo O´Donell, pintado por Raimundo Madrazo en 1867. La sublevación del cuartel de San Gil supondría el fin de gobierno de O'Donnell.
Los fusilamientos del 25 de junio de 1866, por Juan de Alaminos (1892).