Pintura barroca de Italia

Para lograr este ambicioso objetivo, el arte debía tener capacidad para seducir, conmover, conquistar el gusto, no ya a través de la armonía del Renacimiento sino mediante la expresión de emociones fuertes.

En la pintura barroca no se apelaba al intelecto ni a la sutileza refinada del manierismo.

Se empleaba una iconografía lo más directa posible, simple, obvia, pero al mismo tiempo teatral.

[1]​ A él se debe uno de los primeros bodegones puros, su famosa Cesto con frutas (h. 1596).

Influyó igualmente en pintores extranjeros que estudiaban o trabajaban en Roma, quienes reinterpretaron el tenebrismo en clave nacional.

Domenico Fetti (h. 1589–1623), que trabajó en Roma, Mantua y Venecia, es otro pintor influido por el tenebrismo, si bien utiliza una luz un poco más difusa.

Los temas a plasmar se inspiran en la cultura greco-latina, con seres mitológicos, y alegorías.

Les influyen grandemente los maestros del siglo XVI, como Rafael y Miguel Ángel.

Junto a las figuras de belleza idealizada, se representan paisajes clasicistas, equilibrados y serenos en los que suelen aparecer ruinas romanas, recuperando así un paisaje clásico que los caravagistas habían ignorado.

Con la pintura esencial, heroica y clásica de A. Carracci comenzó a delinearse el arte barroco; su influencia posterior, en las grandes decoraciones del pleno barroco y más allá, en el Rococó, es inmensa.

Carracci se inspiró, a su vez, en un artista al que la crítica considera esencial y auténtico precursor del Barroco, Antonio Allegri llamado Correggio.

Entre ellos cabe mencionar a sus discípulos Domenichino (1581-1641), Guido Reni (1575-1642) y Guercino (1591-1666), que realizaron grandes decoraciones en Roma, señalándose otro importante centro en Bolonia.

Mientras que Domenichino y Guido Reni (Casino Rospigliosi) siguen siendo estrictamente clasicistas en sus decoraciones a través del método manierista de los «cuadros seriados», en Guercino se da un paso más hacia el pleno barroco como puede verse en La aurora en el techo del casino Ludovisi (1621), que aunque sigue siendo «cuadro seriado», introduce la perspectiva ilusionista, «abriendo» hacia al cielo los elementos arquitectónicos.

Guercino, aunque clasicista, adopta algunos rasgos de los caravagistas y anticipa también el estilo del pleno barroco.

Por su parte, en Milán se habla del Seicento lombardo, muy influido por las indicaciones de Carlos y Federico Borromeo.

Y, siempre aparte, hay que mencionar a los venecianos, en donde trabaja un pintor alemán, Johann Liss (ca.

A la escuela veneciana pertenece también Evaristo Baschenis (1607-1677), especializado en pintar bodegones de instrumentos musicales.

Caravaggio : El pequeño Baco enfermo , h. 1591-1593, ejemplo de naturalismo , muy alejado de la idealizada belleza del Alto Renacimiento .
El Domenichino : La asunción de Santa María Magdalena , h. 1617-1621, clasicista que pretende seguir los modelos de Rafael .
Guercino , La Aurora (1621), Roma, Casino Ludovisi .
Pietro da Cortona : Bóveda del gran Salón del Palacio Barberini , de Roma , representando la Glorificación del reinado de Urbano VIII , también conocido como El triunfo de la Divina Providencia (1633-1639), ejemplo de amplia decoración propia del pleno barroco.
Evaristo Baschenis : Instrumentos musicales .