Pintó dos grandes lienzos, Elías alimentado por cuervos y Sansón detenido por los filisteos, de estilo muy caravaggista (aunque es poco probable que pudiera ver ningún Caravaggio).
Guercino fue recomendado por el marqués Enzo Bentivoglio al papa, el boloñés Alessandro Ludovisi, Gregorio XV.
A partir de 1628 se produce un cambio estilístico en la obra del Guercino, que los expertos han dado en llamar seconda maniera (segundo estilo).
Ahora sus figuras tendrán un aspecto imponente, cercano a los ideales de perfección física que en el siglo anterior había buscado la escuela romanista fundada por Rafael.
Fue enterrado, por deseo suyo, junto a su hermano, Paolo Antonio, también pintor, en la Iglesia de San Salvador (Bolonia).
El Museo del Prado posee ocho pinturas, entre ellas Susana y los viejos, San Agustín meditando sobre la Trinidad, Magdalena penitente y San Pedro liberado por un ángel (que sería grabado por Ramón Bayeu), además de otros tantos dibujos.