Tras vivir dos años con los iroqueses, huyó y regresó a Trois-Rivières, donde fue contratado por Médard Chouart des Groseilliers que se había casado entretanto con su medio hermana.
Allí se reunieron con el coronel inglés George Cartwright, que los llevó a Inglaterra y los presentó en la corte del rey Carlos II.
Así descubrieron una nueva ruta más corta que eliminaba además la necesidad de penetrar por el río San Lorenzo, controlado por los franceses.
Durante un viaje a Londres en 1674, Radisson y Des Groseilliers, decepcionados con el trato que recibían de la nueva compañía, fueron convencidos por el jesuita Charles Albanel para que regresaran a la Nueva Francia.
Pero al volver a Quebec, orgullosos por su éxito, se les negó el justo pago por su contribución por el motivo de que Francia no estaba en guerra con Inglaterra.
Radisson volvió a entrar al servicio de la HBC en 1684 y dirigió varias expediciones contra los franceses en la bahía.