Tienden a ser muy anchos y poco profundos cerca de la bahía (en las tierras bajas de bahía James), mientras que en el curso alto son más estrechos y escarpados (ya que corren sobre el escudo Canadiense).
La bahía atrajo por primera vez la atención de los europeos a principios del siglo XVII.
A mediados del año había atravesado el estrecho de Hudson y alcanzado la bahía que ahora lleva su nombre, la bahía de Hudson, donde pasó tres meses explorando las islas y costas orientales.
En la creencia de que se encontraba en el Pacífico, navegó rumbo sur hasta la bahía James.
Los pocos amotinados que consiguieron sobrevivir al viaje de regreso pudieron llegar a Inglaterra donde fueron encarcelados.
Las desgarradoras experiencias del viaje, en el que en varias ocasiones estuvo a punto de perecer en el hielo, fueron publicadas en 1633, a su regreso de la travesía, en un libro llamado «The Strange and Dangerous Voyage of Captaine Thomas James» [El extraño y peligroso viaje del capitán Thomas James].
Así descubrieron una ruta más corta a esa región que eliminaba la necesidad de penetrar por el río San Lorenzo, entonces controlado por los franceses.
La bahía James siguió siendo, sin embargo, la puerta de entrada para los futuros pobladores de los nuevos asentamientos ingleses en el interior, en lo que llegarían a ser Manitoba (Winnipeg, por ejemplo) y los más lejanos situados al oeste, en las montañas Rocallosas.
En la costa oriental hay nueve comunidades costeras pertenecientes a los crees, el pueblo aborigen de la región.
El Proyecto de la Bahía James continúa en expansión, con una nueva fase que implica la desviación del río Rupert, iniciada en 2007.
Los piragüistas pueden ponerse en contacto con la empresa que gestiona la presa y disponer lo necesario para ser remolcados en torno a las represas por compañías de camiones, pero tienen que concertar específicamente la hora y no pueden llegar tarde.
Este punto lleva unos dos o tres días de viaje en canoa desde Moosonee.
Los rápidos en el Groundhog tienden a ser más grande y más técnicos que los de la Missinaibi, pero los cámpines son pocos y poco equipados, ya que el número de viajeros es mucho menor.
Un camping en el Parque Provincial Tidewater proporciona grandes terrenos de acampada con barbacoas y dependencias sobre una isla situada al otro lado del río en la ciudad.